«La derecha no tiene ideologías, solo tiene intereses». Es una frase que resume a la perfección a la derecha fascista en chile. (Entiéndase derecha a secas como la concertación). En este sentido, el sector Pinochetista de la derecha cada cierto tiempo saca personajillos simpáticos, con populismos desorbitados y como buen candidato del sector, una especie de angelización física para encausar el arribismo propio del chileno.
Luego de Joaquín Lavín, Sebastián Piñera y el fracasado caso de Golborne, Felipe Kast es su nueva banderita de lucha. Un rubiecito europeo, carita de cura, de hablar bonito y plagado de buenas intenciones. Pero todo queda en eso y es que como siempre ocurre con la derecha militarizada, su discurso dicta mucho de los hechos. Como ya aprendimos con Joaquin Lavín, reconocen un problema, pero jamás nunca intentarán resolverlos.
Hijo del ministro de Odeplan de la dictadura Miguel Kast, y ferviente opositor al uso de la píldora del día después, saltó a la fama cuando, en un muestra de que estos personajes viven en una realidad alterna, en plena reunión de la Enade contrató a un actor para que se vistiera como pobre, «esto para mostrar la pobreza» aseguró. Pero más allá de esta barbaridad, existe un acontecimiento que para variar la prensa comprada en chile jamás menciona: Felipe Kast, es el creador de las nuevas fichas de pobreza que dejó sin ayuda a miles de pobres. Casi nada.
La diputada socialista Clemira Pacheco se refirió a este tema en el año 2011, denunciando al ministro por la modificación en la Ficha de Protección Social. Esto ante las reiteradas quejas que se habían recibido por los sorpresivos aumentos de puntaje que experimentaron las personas más vulnerables. Al respecto manifestó:
“Hemos conocido muchos casos en distintas comunas, en especial que afectan a personas damnificadas por el terremoto, que viven en campamentos o mediaguas, que apenas tienen ingresos para mantener a sus familias, y que tener puntajes de 3 mil o 4 mil puntos, subieron bruscamente a 8 mil o 10 mil, lo que las deja fuera de los beneficios sociales”
Sin ir más lejos, en Coronel se formó una agrupación que juntó cerca de 800 casos similares. Situación que se repitió en distintas comunas de la región del Bío Bío y en otras regiones del país. Esto ocasionó hasta ahora numerosos problemas entre las personas más pobres, ya que siguen perdiendo beneficios como becas escolares, bonos especiales, alimentación para sus hijos, e incluso ya no pueden postular al subsidio habitacional. No por nada, en enero del 2012, varios pobladores afectados se tomaron la alameda denunciando esta situación.
Éste es Felipe Kast, la última horneada de la fábrica de Jaimitos Guzmán de la derecha. Un rubiecito simpaticón y buena onda, el mismo que para hablar de pobreza contrata un actor para que actúe como mendigo, el mismo que habla sobre la desigualdad si dar soluciones de fondo y, para peor, no dudará un instante en dejar sin ayuda a miles de familias pobres cuando más lo necesitan.