De manera similar a la tragedia de Juan Fernández, donde pese a los kilos de evidencia la culpa fue «del viento», la Fiscalía de Atacama cerró la investigación por el derrumbe ocurrido en la mina San José que dejó atarapados a los 33 mineros, determinando que no existían antecedentes suficientes para culpar a los dueños del yacimiento, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny, ni tampoco contra las autoridades del Sernageomin.
Recordemos que la mina San José, explotada por más de un siglo, había sido clausura un año antes del derrumbe por el accidente de uno de sus trabajadores, pero volvió a operar autorizada por el Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomin), que acusó falta de personal para realizar una mayor fiscalización. A modo de burla, Marías Insulza, el abogado de la empresa que operaba la mina San José expresó:
“Este lamentable accidente se produjo por el desplazamiento de una roca que impidió la salida de los mineros, y no hay responsabilidad alguna de los dueños de la empresa. Todo fue un lamentable accidente y el fallo demuestra que las instituciones en Chile sí funcionan»
UNA MINA QUE YA HABÍA SUFRIDO ACCIDENTES, ESTABA CERRADA, LA ABRIERON SIN FISCALIZACIÓN Y EL ÚNICO CULPABLE DEL DERRUMBE ES UNA PIEDRA
ASÍ FUNCIONA LA JUSTICIA EN CHILE