Mientras la Derecha y los grandes empresarios chilenos siguen diciendo que aumentarle los impuestos a los más ricos nos convertirá en Venezuela, los países desarrollados hace rato que entendieron que para construir una sociedad viable tienen que subirle los impuestos a los grandes empresarios. Una nota de La Vanguardia consigna:
Los ministros de Finanzas del G7, que agrupa a Canadá, Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido han alcanzado este sábado un «histórico» acuerdo para fijar las bases de la nueva fiscalidad internacional mediante la instauración de un impuesto mínimo universal del 15% para las grandes corporaciones. El ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, ha confirmado el pacto logrado por los ministros, reunidos en Londres y ha explicado que busca construir un campo de juego equilibrado para las empresas globales.
Empresas globales como Amazon, Google o Facebook serán las más afectadas, ya que ahora legalmente pueden tributar en un país con condiciones fiscales ventajosas el negocio que generan en otros países. Con este cambio, los países ricos buscan evitar una «carrera a la baja» en las políticas fiscales. Además, esta norma pretende que las empresas paguen en los países en los que venden sus productos y servicios y no en donde declaren sus beneficios.
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos ha destacado así que «esta tasa mínima global pone fin a la carrera a la baja del impuesto de sociedades y garantiza justicia para la clase media y los trabajadores de Estados Unidos y de todo el mundo». La reunión de los ministros de Finanzas del G7 será seguida la semana que viene de la cumbre de los líderes del G20, que se reunirán del 11 al 13 de junio. De este modo, a pesar de que el G7 no tiene un papel formal en el proceso de discusión de la nueva fiscalidad internacional, un pacto en el seno de este grupo supondría un poderoso impulso para alcanzar un acuerdo en las negociaciones formales que se están desarrollando al respecto en el G20 y en la OCDE.