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Partamos por definir lo que significa “octubrismo”, ya que muchos aún no lo tienen claro: Octubrismo es sinónimo de extrema izquierda. Esa izquierda irresponsable y violenta del “avanzar sin transar”, la del “con todo si no pa qué”, la que quiere ser “la tumba del neoliberalismo” y la que se jura que representa al pueblo cuando representan sólo a una pequeña minoría. Todo ese sector maximalista, terminó siendo derrotado de manera estrepitosa.
Los convencionales del Frente Amplio, encargados de liderar la Convención, lo único que tenían que hacer era hacerle un cerco sanitario al octubrismo, y llevarse la pelota para la casa escribiendo todos los artículos con el centro y la derecha dialogante. ¿Pero qué hicieron? Se sumaron a las propuestas irresponsables y se preocuparon de darse gustitos en vez de escribir la Nueva Constitución.
La extrema izquierda debe morir, ser enterrada y sepultada bajo varios metros de tierra ya que fue lo peor que le pudo pasar el país, pero tampoco debe quedar libre de crítica la izquierda ñuñoina del Frente Amplio que le celebró todos los peos al octubrismo. Ya si no maduran para dejar atrás su buenismo, su voluntarismo y sus exageradas políticas identitarias, tengan claro que no vuelven a gobernar NUNCA MÁS.
