Las casas de apuestas en línea se encuentran en el centro de toda la atención en Chile por hallarse en el momento operando en una zona gris legal. Y es que pese a que no se encuentran reguladas oficialmente, estas no dejan de aumentar en popularidad y usuarios que buscan una alternativa para jugar en línea más allá de los sitios tradicionales.
Y es por eso que, precisamente, no gusta a estos últimos, que ven escapar una parte de su negocio hacia sitios que en muchos casos ni siquiera disponen de residencia fiscal en Chile y no pagan, por tanto, impuestos como empresa local.
Lo que traerá la regulación de las casas de apuestas
El caso de las casas de apuestas en línea ganando presencia a nivel nacional en Chile se ha hecho especialmente evidente en el caso de los equipos de fútbol de Primera División, que han visto cómo sus patrocinadores han ido cambiando hasta llegar un momento en el que casi todos los equipos de la competición disponen de un patrocinador, bien en las camisetas, estadio o de otro modo, que es un sitio para apostar online.
Y con esta gran exposición y crecimiento, de nuevo, el Gobierno es el primer interesado en poner en marcha una regulación que le permita también obtener un beneficio de esta actividad. Pero ¿hay más partes que se benefician?
Sí. Tal y como explican los expertos de miscasasdeapuestas.com/cl, «los jugadores serán los primeros que se beneficien» de una regulación real de las casas de apuestas. Es así, aseguran, porque aportará una «mayor seguridad y confiabilidad» a la hora de jugar en línea.
En la actualidad, al encontrarse el mercado no regulado, es complicado distinguir casas de apuestas lícitas de otras que pueden simplemente ser un fraude. De este modo, los jugadores pueden ver sus datos e información financiera expuestos si eligen un sitio de apuestas que no dispone de las garantías necesarias.
La cara B: Más impuestos
Por supuesto, la regulación incluye normas más complejas para todos, y eso incluye también a los jugadores. Porque el Gobierno no solo recaudará impuestos de las empresas de apuestas a modo de cotización, sino que los propios jugadores tendrían también que declarar parte de sus ganancias en forma de impuestos.
Esto, de manera efectiva, «significará que a partir de cierto monto los apostadores tendrán que dar parte al Gobierno», apuntan desde el citado sitio. Algo, eso sí, que queda fácilmente compensado por la mejora en seguridad y confiabilidad extra.
En cualquier caso, la nueva regulación sobre el juego todavía se encuentra distante en el tiempo, y tendrá que pasar un periodo notable hasta que el Gobierno acuerde un marco legislativo que pueda ser aprobado y puesto en práctica de manera definitiva.