En una brillante columna para El Mostrador, Ismael Puga explica con peras y manzanas por qué al fascismo no se le discute ni se la tribuna, se le aplasta y destruye. Todo en el contexto del auge de la ultraderecha en el mundo, que tiene su representante en Chile con José Antonio Kast, fanático religioso que promueve un discurso de odio contra mujeres, homosexuales, mapuches e inmigrantes. Además, el autor califica de «imbéciles» a los sectores de izquierda que han condenado las agresiones a Kast.
Kast es un provocador. Busca, con su performance intolerante, precisamente provocar la reacción en su contra que multiplique su tribuna. De la afirmación previa, posiblemente adecuada a la realidad, algunos “progresistas” biempensantes han salido a condenar los actos (más o menos violentos) de repudio y bloqueo a José Antonio Kast en las Universidades de Concepción y Arturo Prat. Desde una perspectiva de izquierda (o incluso republicana que, como mínimo absoluto en estas materias, debe disponerse desde el antifascismo), esta es una conclusión no solo ingenua, sino también una verdadera imbecilidad política.
No uso aquí el término imbecilidad a la ligera, sino que refiero a la crítica del imbécil político que hiciera –precisamente ad portas del surgimiento del nazismo– Bertolt Brecht. Podría parecer que esta conexión es arbitraria. Por supuesto, los biempensantes que condenan la “intolerancia” y “falta de diálogo” en quienes sabotean a Kast son personas políticamente ilustradas, interesadas en valores tan sublimes y sagrados como la democracia y el Estado de derecho (¡e incluso, muchos de ellos, del bienestar de los desvalidos!).
Sin embargo, me parece, actúan esta vez desde un puro interés performático, desde la búsqueda de una apariencia buenista y la afirmación estética de un juego democrático que ya saben que no opera o, en el mejor de los casos, ya ha sido vulnerado por el propio Kast. Para decirlo en claro: actúan con total indiferencia sobre las consecuencias políticas de sus palabras, con total displicencia sobre lo que es políticamente relevante en esta disputa.
Les acuso, en definitiva, de actuar sabiendo que están diciendo una gran estupidez (o cuando menos, desde su posición de liderazgo y privilegio, tener la obligación de informarse y saberlo), pero haciéndolo de todas formas porque creen –o quieren creer– que su apariencia buenista es más importante que la política misma: que aquella disputa política que realmente está desatándose en este caso y que trata de la reactivación pública de tendencias seudofascistas como sector político efectivo en Chile.
Y es que, desde el propio liberalismo, la promoción de la tolerancia hacia el intolerante es una contradicción evidente. Resulta entonces tragicómico que los representantes de una alternativa de izquierda en Chile busquen colocarse al lado ingenuo de una discusión que el propio liberalismo superó hace fácilmente 70 años. Hoy puedo compartir en las redes sociales una infografía sobre las palabras de Karl Popper (¡!) y sentirme más osado políticamente que algunos representantes del Frente Amplio. Es triste, por lo menos.
Sin embargo, dejar esto en la discusión meramente valórica ya es concederles demasiado a estas posturas. Cuando se disputa con las ideas de la violencia y el autoritarismo, cuando confrontamos a quienes histórica y discursivamente han demostrado que buscan la guerra total contra los otros, hablar únicamente desde las reglas formales de la disputa política es ya de por sí imbecilidad. El fascismo y sus variantes criollas, para decirlo con más claridad, no es un oponente político cualquiera porque: a) de triunfar, elimina cualquier opción de debate y contienda política razonable; y porque: b) en su avanzar, tampoco se basa en tácticas que puedan enfrentarse desde el debate y el razonamiento.
Lo primero es evidente y no requiere siquiera mayor atención. Sobre lo segundo, existe claridad desde el pensamiento crítico hace muchísimo tiempo y además, hoy por hoy, está fundamentado en cientos de artículos científicos sobre el funcionamiento de la retórica autoritaria de derechas. No es una “opinión”, es un hallazgo científico bien establecido y sistemáticamente fundamentado en evidencias: al fascismo no se le gana “debatiendo” en ágoras públicas porque el fascismo no debate, la retórica fascista avanza explotando angustias y miedos alojados profundamente en las personas y cuya fuerza no depende de cuán “informadas” estén o de qué tan bonito hablen nuestras diputadas y diputados. Es posible que esto resulte hiriente para algunos, pero no todas las disputas hegemónicas serán saldadas con buenas cuñas en programas de televisión.
Cuando en los últimos años el supremacismo blanco vivió un renacer como actor político legítimo en los Estados Unidos, recurrió a la misma estrategia que hoy usa Kast (es una fórmula probada, no se le ocurrió a él). Los supremacistas viajaron de universidad en universidad buscando expandir sus miedos y odios entre la población.
La respuesta de los activistas de izquierda fue la correcta: protestar, bloquear, expulsar al fascismo a como fuera lugar de todos los espacios en que tuvieran la fuerza para hacerlo. Los liberales y biempensantes se lamentaron tal como nos ha tocado ver aquí en Chile: derramando lágrimas por la pérdida de la tradición democrática de la izquierda y alegando que dichos enfrentamientos solo fortalecerían a los fascistas. Ante el odio, parecían decir, solo nos queda poner la otra mejilla y “conversar”, como si el otro estuviera escuchando.
Estaban equivocados. Las universidades estadounidenses han comenzado a cancelar sistemáticamente las conferencias de los racistas, y estos últimos han admitido que deberán cambiar de estrategia: las conferencias racistas, pensadas como provocación, se habían convertido en espacios de confrontación donde el antifascismo crecía mucho más que ellos.
Ya lo habíamos aprendido hace casi un siglo, pero en verdad bastaba con mirar a las experiencias recientes de aquella “meca” del buenismo liberal. Al fascismo y sus versiones pobres no se les conversa, no se les debate. Al fascismo se le expulsa y se le aísla. El resto no es música pero es show, y lo que está en juego es muy valioso como para que nuestros liderazgos lo pongan en la balanza contra su personaje público
- Estamos en pleno apogeo de una batalla cultural y todos tenemos que tomar partido. O somos cómplices del fascismo o nos manifestamos abiertamente en su contra
- Pensar diferente es preferir el invierno al verano o el rojo sobre el verde. Promover el odio contra mujeres, homosexuales, mapuches e inmigrantes como lo hace Kast no entra dentro de la “libertad de expresión” y no puede ser tolerado. Porque ténganlo claro, mientras algunos siguen defendiendo el “derecho” de expresarse del fascismo, si estos llegan al poder serán los primeros en silenciarlos a todos
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16 comentarios
«La respuesta de los activistas de izquierda fue la correcta: protestar, bloquear, expulsar al fascismo a como fuera lugar de todos los espacios en que tuvieran la fuerza para hacerlo» todo bien con eso, pero me pregunto qué va a pasar en el momento en que existan planteamientos con base científica que choquen con lo políticamente correcto para la izquierda postmoderna y sean tratados como fachos, después de todo existen personas que consideran un metarrelato «machista», «racista» y «especista» a la teoría de la evolución, así como la derecha cristiana mantiene una postura negacionista desde una óptica creacionista. Se hace necesario ese debate también.
si hubieran linchado a alguno de izquierda estarian llorando los adictos a la soya xd.
como cuando murieron esos dos retrazados comunistas en una protesta en valparaiso xd
la izquierda perdio la guerra ideologica , estan tan cagados que ahora buscan respaldarse en «lideres » liberales cuicos por que no saben que hacer si en todos lados la derecha va tomando fuerza xd.
la verdad no, porque mientras exista la ciencia la derecha neoliberal y cristiana va retrocediendo igual, un par de elecciones ganadas es demasiado optimismo cuando van en desventaja en la guerra de verdad la de la razón contra la superstición
Usted también vive en una supestición, la superstición de la ciencia.
Inscríbase en un cursito de «Epistemología de las Ciencias» para poner los pies en la tierra. No es necesario que tome uno de «Epistemología» sin apellidos.
O sea científico. Estudie en una facultad de ciencias, fórmese como profesional. No se conforme sólo con los artículos de divulgación. Investigue «papers» publicados en revistas científicas reconocidas por la comunidad académica. Y cree sus propios campos de estudio.
Y estudie más de ciencias duras y menos de ciencias blandas, ahí está el verdadero rigor científico.
epistemología y ontología son los típicos conceptos a los que siempre acuden los que no saben que significan, ademas la teoría de la evolución es parte de la biología que es ciencia dura, no tiene sentido nada de lo que dices.
Escribió mucho y no dijo nada…
Es verdad, la guerra ideológica la ganó usted al tratar de «retrazados» (sic) a dos personas que piensan distinto a usted. Lo felicito don Pepelarrana, Ud y su corriente son los campeones ideológicos.
Señor PEPELARRANA Ud. Piensa antes de escribir? Está hablando de la MUERTE de dos seres humanos como usted y como yo, y tiene la osadía de llamarlos RETRAZADOS??? Con su ejemplo me queda claro el por qué las ideas de igualdad en el mundo están «perdiendo fuerza». Hay muchas personas como usted con una gran pobreza interna que necesitan seguir estos ídolos intolerantes salidos de cualquier parte para reforzar sus falsas ideas de superioridad, que pena.
Usted señor DANTE debe cuestionar más sus referentes «científicos», y afrontar la dura realidad de que la ciencia ES y SERÁ interpretada por seres humanos que EN NINGUN CASO serán completamente neutrales. Por lo tanto confiar ciegamente en los resultados de cualquier estudio es ingenuo.
postmodernismo anticientífico dectected
Dante, lo que pregonas es fascismo puro, pa peor al parecer ni siquiera te percatas…si no te da el mate para eso, con razón te quedaste pegado en el par de panfletos que leíste a los 12 años.
Por lejos el fascismo mas rabioso, y que es el que en realidad es al que se refiere el artículo, es el facismo rojo, los fachos rojos al peo juran que son revolucionarios, y lo único que hacen es pavimntarle el camino a los regímenes totalitarios.
Son tan maravillosos los países con fachos rojos en el poder que deben poner muros y campos minados para que sus habitantes no arranquen a la libertad. para lo mismo se prohíben los sindicatos, se elimina la libertad de prensa, la educación es solo con programas oficiales, hasta la internet está censurada, etc, etc.
En este su comentario, corresponde encasillar a CHINA, país aparentemente «comunista», pero que nadie denuncia las violaciones a los DD.HH, por tener tratados de libre comercio, o su post, es una simple pataleta, disfrazada de libertario?
Tienes razón, China anda por las mismas, pero al menos sus habitantes pueden salir y volver cuando quieran, de hecho ¡¡¡estamos llenos de chinos!!.
Pero comparada con Cuba o NorCorea o la URSS y sus satélites es cuento aparte.
«Si no piensas como los progres, eres: racista, misógino, etc, etc y hay que destruirte»
¿Quienes son realmente los FASCISTAS y TOTALITARIOS que se creen dueños de la verdad y que quieren violar flagrantemente la libertad de expresión y el dialogo democrático?
Los progres están promoviendo una guerra y lo saben.
Por otra parte Popper nunca habla de violar la libertad de expesión, como lo dice el meme mal hecho de Pictoline en el que se basa Ismael Puga, sino que habla de rechazar la violencia misma, porque las ideas son infinitas, lo que es finita es la acción.
En este caso los intolerantes de los que habla Popper con los cuales no hay que tener tolerancia, son los progres.
LA IZQUIERDA ESTÁ EN CRISIS POR UNA GUERRA MEDIÁTICA QUE ELLOS MISMOS GENERARON
Bolzonaro en Brasil, Kast en Chile, Trump en Estados Unidos, Viktor Orban en Hungría, Marine Le Pen en Francia, Nigel Farage en el Reino Unido y hasta Vladimir Putin (ex-comunista y espía KGB) Están dando la cara contra el discurso agresivo y virulento de la izquierda posmodernista en Occidente y América Latina, el cual defiende y patrocina el siniestro GEORGE SOROS.. (Vaya antisistemas que son ustedes los zurdos, no??).
A la izquierda de hoy se le vendrá otra «caída del muro de Berlín» pero esa muralla no será de ladrillos y cemento como la de los finales de los 80s, sino la caída de sus actuales ideales: marxismo cultural, ideología de género, correctismo político, policia del pensamiento, etc. Las cuales infiltran en las universidades para lavarles el cerebro a los jóvenes, muchos de ellos sin el conocimiento mínimo sobre política básica, y llenarlos de resentimiento y odio para que generen el germen de la discordia dentro de la sociedad.
Anarquistas, Socialistas, Comunistas, y neomarxistas (como la de este lamentable panfleto anarco llamado «gamba.cl») les va quedando muy poco….
Atte. Un ex-izquierdista.