Las cámaras Go Pro que portan la gran mayoría de los policías del mundo existen por dos razones: Evidenciar los abusos que cometen y liberarlos de culpa en caso de que actúen en legítima defensa. Que tras matar a un mapuche nuevamente Carabineros no haya contado con estas cámaras, levanta múltiples sospechas y recuerda al lamentable caso de Camilo Catrillanca. Parte del artículo de Ciper detalla:
Los dos policías que venían llegando al fundo de Forestal Mininco para relevar a la pareja de Carabineros que resguardaba el lugar, dijeron a la Fiscalía que se enteraron del ataque por radio y decidieron ingresar a pie. Mientras avanzaban agazapados, relataron, un encapuchado salió repentinamente al camino y les apuntó con un fusil. Uno de los funcionarios le disparó a la cabeza. Pablo Marchant, militante de la CAM, falleció de inmediato. A diferencia de los policías que repelieron el ataque dentro del predio, ellos declararon que no llevaban cámaras Go Pro. El trabajador que recibió un tiro en el tórax en medio de la balacera sigue en riesgo vital. Informes de inteligencia policial a los que accedió CIPER indican que el fundo es considerado zona de alto conflicto al menos desde 2014.
Minutos antes de la 18:00 de este viernes 9 de julio la situación al interior de la faena de Forestal Mininco en el Fundo Santa Ana Tres Palos (Carahue, Región de La Araucanía) era de extrema violencia. Un grupo de seis a siete miembros de un Órgano de Resistencia Territorial (ORT) de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) se enfrentaban a tiros con dos carabineros de Fuerzas Especiales que resguardaban el predio, después de prender fuego a tres vehículos. En la balacera, uno de los trabajadores de la forestal que estaban terminando su turno laboral, Ceferino González Marabolí, recibió un impacto en el tórax y al cierre de este reportaje seguía en riesgo vital, conectado a ventilación mecánica, en el Hospital Regional de Temuco.
La operación de sabotaje incendiario planificada por los militantes de la ORT al parecer no consideró un factor determinante: a esa misma hora se efectuaba el relevo de la pareja de carabineros, por lo que otros dos efectivos venían ingresando al fundo, con lo que la fuerza policial que debían enfrentar no sólo se duplicó, sino que les cerró uno de los caminos de salida. Estos dos carabineros que recién aparecían fueron los protagonistas del hecho más violento de la jornada: la muerte, de un tiro en la cabeza, del miembro de la CAM Pablo Marchant Gutiérrez (29 años). Inicialmente, Marchant fue confundido con Ernesto Llaitul, hijo del máximo líder de la CAM, Héctor Llaitul.
Asesorados por un abogado de la institución uniformada, estos dos carabineros se presentaron a prestar declaración voluntaria ante la Fiscalía varias horas después de ocurridos los hechos, durante la madrugada del sábado 10. En su testimonio dijeron que Pablo Marchant no les disparó, pero sí que los apuntó con su arma. También declararon que el tiro en la cabeza con el que lo abatieron fue percutado a corta distancia y que no portaban cámaras Go Pro, a diferencia de los dos policías que inicialmente enfrentaron a la célula de la ORT al interior de la faena forestal, por lo que no habría registro audiovisual de las circunstancias en que se produjo la muerte de Marchant.
El relato que ambos efectivos de Fuerzas Especiales prestaron ante la Fiscalía asegura que cuando iban llegando al Fundo Santa Ana Tres Palos, se enteraron por radio que el predio estaba bajo ataque. Entonces descendieron de su vehículo y continuaron a pie. El camino por el que avanzaban tiene unos cinco metros de ancho. Uno de los uniformados iba un poco más adelante que el otro y caminaban agazapados. El que iba al frente avanzaba pegado a un paredón de tierra que bordea el camino. El que iba más atrás lo hacía por el otro costado, flanqueado por matorrales. Desde esos matorrales, según declararon los policías, apareció repentinamente un encapuchado que tenía un fusil M16 en sus manos y los apuntó. El carabinero que venía más atrás le disparó a corta distancia, hiriéndolo de muerte.
Según el cálculo de los equipos que investigan los hechos, el tiro no se realizó a más de tres metros. Fue directo a la cabeza de Pablo Marchant, quien se desplomó de inmediato. Los dos carabineros se quedaron ahí y luego de algunos minutos recibieron apoyo de otros efectivos. La orden que recibieron fue no tocar nada. De hecho, ni siquiera le sacaron la capucha al caído. Según se escucha en un audio al que CIPER tuvo acceso, a esa misma hora un general de Carabineros, que no estaba en el lugar, impartía instrucciones: “Me interesa que aseguremos el área, el sitio del suceso. Nadie manipula nada, hasta que los equipos investigativos se hagan cargo de todo”.
La Fiscalía tomó nota de los peritajes iniciales que indican que el fusil M16, calibre 5.56, que quedó tirado junto al cuerpo de Marchant, contaba con munición y estaba con “bala pasada”, listo para ser usado. Los funcionarios del Ministerio Público incautaron las cámaras corporales de los otros dos uniformados involucrados, los que se enfrentaron a tiros con los atacantes en la faena forestal. Los fiscales también tienen en su poder los celulares y las armas de los cuatro carabineros involucrados, las que serán periciadas.