Amigas y amigos, no exageramos cuando decimos que el futuro del país está en manos del próximo Ministro de Hacienda. Y es que al contrario de lo que dijo el tarado de Nicolás Grau al señalar que “no tenía tanta importancia”, dependiendo de quién sea el próximo Ministro de Hacienda nos puede catapultar a ser un país desarrollado o por el contrario convertirnos en una república bananera.
Primero que todo está el problema de confianza. Si el proxímo Ministro de Hacienda sale entre Andrea Repetto o Nicolás Eyzaguirre tranquilizará inmediatemente a los mercados ya que son nombres serios con una vasta trayectoria. Si por el contrario el presidente Boris nombra a Nicolás Grau, en menos de un año seremos Haití debido a la fuga de capitales.
No menor es el problema con la crisis económica mundial que se viene el próximo año, donde apenas habrá dinero para mantener el país a flote. Por lo tanto, el Ministro de Hacienda tendrá que cuadrar cada gasto que se haga y será quien determine qué cosas se pueden priorizar. Porque si, amigos octubristas, lamentamos informarles que el Estado no fabrica billetes y no se puede cambiar todo en un par de años.
Tenemos que entender que el gobierno del presidente Boris será de administración, donde con suerte podrá sacar un par de leyes que mejoren la calidad de vida de los chilenos. Si les va mal la Izquierda no vuelve a gobernar nunca más, si por el contrario le va bien, fácilmente podrán gobernar por los próximos 20 años ya que entre Izkia, Camilia, Karol, Giorgio, Rimpamonti y Vodanovic tienen candidatos presidenciales para regalar. La clave será este primer gobierno, y por lo mismo, el Ministro de Hacienda debe ser una sandía calada. Si no es Andrea Repetto, debe ser Nicolás Eyzaguirre.